El proceso de diagnóstico del cáncer de colon o recto comienza con una evaluación clínica detallada y la realización de una exploración física, incluido el tacto rectal, especialmente cuando el paciente presenta síntomas típicos de este cáncer. Aunque el tacto rectal puede proporcionar información valiosa sobre la presencia de anomalías en el ano y parte del recto, su capacidad para ofrecer un diagnóstico definitivo es limitada. Por esta razón, la colonoscopia se considera el estándar de oro en la detección de cáncer de colon, permitiendo no solo visualizar el interior del colon y el recto de manera directa sino también realizar biopsias de cualquier área sospechosa.
Además de la colonoscopia, existen otras técnicas de imagen y pruebas radiológicas que juegan un papel crucial en el diagnóstico, la estadificación y, en algunos casos, en el seguimiento de pacientes con cáncer de colon y recto. Entre ellas, se encuentran:
Es importante mencionar que, aunque los marcadores tumorales como el antígeno carcinoembrionario (CEA) y el CA 19.9 pueden proporcionar indicaciones sobre la presencia de cáncer, no son definitivos para el diagnóstico. Estos marcadores se utilizan más comúnmente para monitorizar la respuesta al tratamiento y detectar recurrencias en pacientes ya diagnosticados con cáncer de El diagnóstico del cáncer de colon y recto se basa en un enfoque multidisciplinario que incluye la evaluación clínica, pruebas de imagen avanzadas y procedimientos endoscópicos. Esta estrategia permite no solo un diagnóstico preciso sino también una planificación terapéutica adecuada, maximizando las posibilidades de un tratamiento exitoso y minimizando los riesgos asociados para el paciente.
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