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Cuando se habla de la lucha contra el cáncer de mama, muchas veces se piensa en cirujanos, oncólogos y enfermeras trabajando mano a mano con las pacientes. Sin embargo, los radiólogos de mama desempeñan un papel fundamental en cada paso hacia la curación. Lo que antes era solo “leer una mamografía” hoy se ha convertido en una red de tecnología avanzada, tratamientos mínimamente invasivos y decisiones críticas que pueden salvar vidas. El radiólogo de mama es, en muchos sentidos, el guardián silencioso de la salud de cada paciente.

Nueve pasos en los que el radiólogo de mama es clave

Los radiólogos especializados en mama son responsables de múltiples fases del proceso de atención y tratamiento de las pacientes con cáncer de mama. Estos son los nueve pasos fundamentales en los que su participación es clave:

1. Detección precoz: Mediante mamografías y otras pruebas avanzadas, los radiólogos de mama son los primeros en identificar cambios sospechosos en las imágenes, logrando un diagnóstico temprano y mejorando así el pronóstico de la paciente.
2. Diagnóstico por imagen: Con tecnologías como la mamografía 3D y la resonancia magnética, los radiólogos obtienen información detallada sobre el comportamiento del tumor y pueden decidir si es necesaria una biopsia.
3. Biopsia y marcaje: Además de confirmar o descartar la presencia de cáncer, el radiólogo coloca marcas que sirven de guía para los cirujanos en caso de operación.
4. Caracterización del tumor y correlación con el patólogo: El radiólogo verifica que los resultados de la biopsia coincidan con las imágenes para asegurar un diagnóstico preciso y definir el tratamiento adecuado.
5. Presentación del caso en el comité multidisciplinar: El radiólogo participa en el comité con cirujanos y oncólogos, proporcionando información clave sobre el tipo, tamaño y ubicación del tumor para que los especialistas diseñen el mejor plan de tratamiento.
6. Asistencia al cirujano durante la operación: El radiólogo guía al cirujano en quirófano para confirmar que se han extirpado correctamente tanto el tumor como las marcas.
7. Tratamientos mínimamente invasivos: En algunos casos, el radiólogo puede realizar procedimientos como la crioablación para destruir el tumor sin necesidad de cirugía.
8. Control de la respuesta al tratamiento: Durante la quimioterapia o radioterapia, el radiólogo monitoriza el avance del tratamiento y verifica si es necesario algún ajuste para mejorar los resultados.
9. Seguimiento postoperatorio: Tras la cirugía o el tratamiento, el radiólogo realiza pruebas de imagen para detectar cualquier signo de recurrencia lo antes posible.

La importancia de una consulta radiológica personalizada

En Grupo Scanner, creemos en la importancia de una consulta radiológica personalizada. Contar con una comunicación directa con el radiólogo permite a las pacientes entender cada paso de su proceso, sentirse acompañadas y seguras. Esta conexión no solo ayuda a reducir la ansiedad, sino que empodera a las pacientes para participar activamente en la toma de decisiones sobre su salud.

Gracias a los radiólogos de mama y sus avanzadas técnicas, como la mamografía 3D, la resonancia magnética avanzada, y tratamientos como la crioablación, las pacientes tienen hoy mejores opciones de diagnóstico y tratamiento, y una mayor tranquilidad en su camino hacia la recuperación.